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martes, 2 de agosto de 2016

Otras Bienaventuranzas de Jorge L. Borges






Bienaventurados los que no tienen hambre de justicia, porque saben que nuestra suerte, adversa o piadosa, es obra del azar,  que es inescrutable.

Bienaventurados los limpios de corazón porque ven  a Dios.

Felices los que perdonan a los otros y se perdonan a sí mismos.

No acumules oro en la tierra, porque el oro es padre del ocio, y este, de la tristeza y el tedio.

Resiste el mal, pero sin asombro y sin ira, A quien te hiriere en la mejilla derecha, puedes volverle la otra, siempre que no te mueva el temor.



Jorge Luis Borges.
Fragmento de sus Evangelios apócrifos.