En
la misa de domingo de ramos, mientras la voz del sacerdote comentaba las palabras de Pilato frente a la asamblea,
yo pensaba:
¿Quiénes
eran esos señores que decidieron la muerte de Nuestro Señor?
Romanos a los que sólo le interesaba seguir con su poder y sus
dioses adueñándose de vida y costumbres judías. Llevaban 50 años dominando
Palestina.
Sacerdotes y políticos a los que les interesaba mantener su
puesto sin importar quién caía en la lucha.No se comprometían por nada ni por nadie.
Judíos, los mismos que días antes habían victoreado a Jesús al
entrar en Jerusalén, aleccionados por el
poder, lo hundían y pedían su crucifixión.
Curiosos a los que sólo le importaba el espectáculo
y nada les interesaba, sólo divertirse con lo que sucedía.
Pilato
no le halló culpable a Jesús, sin embargo lo condenó. Se lavó simbólicamente las
manos para expresar su inocencia ante la
muerte de Jesús.
Era
un perfecto funcionario, un burócrata que hacía lo que le pedían, él cumplía la
ley. Lo que quedaba en el camino no era su problema.
Hola Isabel, siempre habrá fariseos, aduladores, pilatos y traidores en todas las épocas de la historia de la humanidad, "nada de lo humano nos es ajeno" Pero también hay justicia para las cosas que ocurren, solo hay que esperar un tiempo y llega para cada uno lo que merece, un abrazo!
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