sábado, 5 de abril de 2014

Cuaresma




Revisando mis papeles de catequesis he remozado algunos recuerdos que tenía olvidados. Por ejemplo que la práctica de la cuaresma comenzó en el siglo IV. Era un tiempo de penitencia y de renovación a la que se ayudaba con  el ayuno y la penitencia.  Era un rito que se seguía rigurosamente.
Los cuarenta días recuerdan los cuarenta días del diluvio, los cuarenta días de Moisés y Elías en la montaña y los cuarenta días de Jesús en el desierto. La cifra cuarenta es en la Biblia un número simbólico.

Hoy la forma de vida y los cambios en la Iglesia han aligerado tanta rigurosidad, pero se sigue conservando el espíritu penitencial y el deseo de conversión.
Recuerdo un sacerdote que preguntaba: ¿qué te duele más, dejar de fumar por cuarenta días o no comer carne los viernes?
Fumar, respondía la mayoría.
Entonces no fumes y ofrece al Señor el sacrificio.
Visita al enfermo, en especial a ese que no soportas y serás una sonrisa ante nuestro Señor.
Y agregaba:
Cumplir ritos por costumbre, no nos ayuda a crecer como cristianos, debemos esforzarnos  en hacer aquello que más nos cuesta y hacerlo pensando en la gloria de Dios.

Buena semana de cuaresma.








4 comentarios:

  1. Buena Semana, Isabel y Rosa, un abrazo!

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  2. He sido catequista durante 15 años y también estoy de acuerdo en lo que dices........Besicos

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  3. Isabel, acertado y profundo pensamiento nos dejas, amiga...La Cuaresma es un tiempo de reflexión, de entrega y de purificación...Mi gratitud y mi abrazo inmenso por tu buen hacer,amiga.
    Feliz Cuaresma para ti.
    M.Jesús

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  4. Hola Isabel, la Iglesia como Madre dispuso en cuaresma la penitencia y los ayunos para caminar a una conversión, cierto que se ha mitigado mucho desde el siglo IV, pero aún hay Ordenes religiosas, sobre todo de clausura papal que lo conservan rigurosamente.
    Personalmente prefiero un equilibrio en la vida cristiana, hacer los sacrificios de caprichos que se nos presentan cada día de mil formas, de esta forma, mantenemos vivo el deseo de mirar a Dios bien despiertos a nuestras apetencias y anularlas de nuestra vida cada día.
    Un gran abrazo y feliz Semana Santa.
    Sor.Cecilia

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