martes, 8 de septiembre de 2015

Un cuento corto.




He encontrado un cuento del Padre Mateo Bautista, me resultó muy simple y aleccionador.



Era una señora  Anciana que nunca pensaba en los demás. ¡Que poco generosa que era!
Un día un mendigo, un miserable mendigo pasó por su puerta y le pidió:
—¡Por el amor de Dios, una limosna por favor!
La vieja lo miró con asco. El hombre insistió.
—¡Una limosna por el amor de Dios!
La vieja que en realidad iba al basurero a tirar una planta de lechuga podrida, al ver que una hoja estaba sana, se la arrojó al pobre hombre.
—¡Toma y lárgate de una vez!

Paso el tiempo y la señora murió. Y como era de esperar, en vez de subir a los cielos, la mujer cayó de cabeza en el infierno.
Una mañana que el Señor leía el libro de la vida se encontró que aquella mujer estaba en el infierno.
—Pedro…
—Sí Señor, ¿qué sucede?
—¿Cómo es que está señora,  fue al infierno?
Pedro le explicó lo mala y avara que la mujer había sido en vida.
—Pero aquí dice que una vez le dio una planta de lechuga a un pordiosero.
—Si Señor, lo que no dice es que la planta estaba podrida.
—Pedro, una hoja estaba sana… y ese  mendigo era yo mismo.
—¡Señor!
—Toma la hoja y con ella trae a la anciana al cielo.
Obediente, Pedro tomó la hoja sana de la lechuga y con ella bajo al infierno.
—Clorinda…  ¡Clorinda Benítez!
Al rato se escuchó la respuesta:
—¿Quién me llama?
—Soy Pedro. El Señor dice que hubo una equivocación, porque una vez le diste una hoja de lechuga a un pordiosero. Acá te mando la hoja, sube.
Rápidamente, Clorinda se aferró a la hoja tratando de ascender. Pedro tiraba y la vieja subía. Los demás condenados al ver la posibilidad de salir del infierno, se prendieron a sus piernas y los otros a los otros. Al rato era una cadena humana todos agarraditos de Clorinda. La vieja al notar que todos se prendían  de ella, comenzó a dar patadas a diestra y siniestra, gritando:
—Fuera desgraciados, fuera, que planta de lechuga podrida era mía.
Y en ese momento…  la hoja se rompió.

La solidaridad
es algo más
que  dar.





9 comentarios:

  1. Quue bueno lo que nos regalas
    Creo que no es solo dar sino darse, debe emerger desde nuestro corazon y estar todo nuestro ser impregnado de ese sentir.
    Cariños y buena semana

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  2. Hola Rosa, tras mis vacaciones paso poco a poco a visitaros.
    Un cuento le quitó muy aleccionador. La vieja podía haber ido al cielo, pero su tacañez le quitó esa oportunidad.
    Dar no significa dar lo que te sobra, sino lo mejor que tengas a los demás.
    Un abrazo

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  3. Una muy buena y ejemplar historia, Rosa, y me uno a lo que dice Sor Cecilia, no lo que a uno le sobra, sino lo mejor, un abrazo!

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  4. Me ha gustado el cuento y además nos enseña una gran lección. El dar lo que nos sobra no tiene ningún mérito.Besicos

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  5. Eso nos demuestra hasta que punto el corazón de la señora estaba duro, pues aun probando el infierno no llegó a sentir compasión con los que padecían con ella.
    Me gusta tu espacio, gracias por comentar en el mio.

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  6. Pues no aprendió nada, muy buen cuento!
    Abrazos.

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  7. gracias por tu huella
    bonito cuento


    buen fin de semana

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  8. Un cuento con un gran mensaje Rosa, muchas gracias. Espero que hayas pasado un buen verano, yo ya estoy de vuelta por este mundillo bloguero. Un fuerte abrazo. @Pepe_Lasala

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  9. Lo que no quieras para ti, no se lo des a nadie.
    Esta narración o cuento, tiene un gran mensaje.
    Abrazos.

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