Nuestra Señora, con el Niño Jesús en brazos, decidió bajar a la tierra y visitar un monasterio. Orgullosos, todos los sacerdotes formaron una larga fila, y uno a uno se acercaban a la Virgen para rendirle homenaje. Uno declamó bellos poemas, otro mostró las iluminaciones que había hecho para la Biblia, un tercero recitó los nombres de todos los santos. Y así sucesivamente, monje tras monje, fueron venerando a nuestra Señora y al Niño Jesús.
En el último lugar de la fila había un sacerdote, el más humilde del convento, que nunca había aprendido los sabios textos de la época. Sus padres eran personas simples, que trabajaban en un viejo circo, y todo lo que le habían enseñado era lanzar bolas al aire haciendo alguno malabares.
Cuando llegó su turno, los otros sacerdotes quisieron terminar los homenajes, porque el antiguo malabarista no tendría nada importante para decir o hacer, y podía desacreditar la imagen del convento. Pero en el fondo de su corazón, él también sentía una inmensa necesidad de dar algo de sí a Jesús y la Virgen.
Avergonzado, sintiendo sobre sí la mirada reprobatoria de sus hermanos, sacó algunas naranjas de su bolsa y comenzó a tirarlas al aire haciendo malabarismos, que era lo único que sabía hacer.
Fue en ese instante cuando el Niño Jesús sonrió y comenzó a aplaudir en el regazo de Nuestra Señora. Y fue hacia él a quien la Virgen extendió los brazos para dejarle que sostuviera un poco al niño.
(extraído del libro "El alquimista" de Pablo Coello)
"Feliz Navidad a todos y a cada uno en particular" Bendiciones
Hola Isabel, ya estoy de regreso tras tantos meses de ausencia.
ResponderEliminarUna exquisita narración donde Dios solo queda cautivado por la humildad. Ya lo decía Santa Teresa de Ávila, La Dama -humildad-vence al Rey.
Santas fiestas navideñas
Con ternura os dejo un beso.
Sor.Cecilia
Rosa e Isabel, nos dejáis un hermoso y profundo relato...Dios mira en el corazón del hombre y busca la sencillez y la humildad y cuando la encuentra sonríe satisfecho...Mi gratitud por este regalo, que nos llena el alma de gozo, amigas...Mi abrazo inmenso y que el Niño Dios os bendiga por vuestra espiritualidad y generosidad.
ResponderEliminarM.Jesús
Preciosa historia y es que Dios siempre está al lado del más humilde.Besicos
ResponderEliminarUna hermosa historia, Isabel, Muy Feliz Navidad para vos y Rosa y sus seres queridos, un abrazo!
ResponderEliminarIsabel Mis mejores deseos de Paz, Felicidad,
ResponderEliminarEn estas Fiestas de Navidad y Feliz Año 2015