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viernes, 17 de febrero de 2012

La belleza de la fe.


Que no me apegue Señor
A los bienes de la tierra.
Que no me importe el rechazo
La incomprensión
O la burla.
Si es desafío seguirte
Dame fuerzas que tú puedes
Aunque deje los jirones
De mi alma cada día
Y deba aprender de nuevo
Cuanto me duelen tus huellas.


Rosa

martes, 7 de febrero de 2012

"Experiencia humana"


Hay experiencias profundas en lo íntimo de cada persona. El Evangelio ilumina las experiencias de vida, lugar de encuentro con Dios. Dios nos ofrece su palabra para dar a la persona respuestas a sus interrogantes, como también a los acontecimientos sociales. De ahí que el Evangelio no sólo ilumina lo íntimo de la persona , sino que también procura aclarar lo que acontece alrededor de ella: en la familia, barrio, ciudad, etc. El Evangelio dá sentido a nuestra vida. Jesús vive con nosotros una situación histórica, política, religiosa, y nos llama a la fraternidad y la justicia. La justicia es fruto del amor, de la fraternidad: camino feliz para que se logre la paz. La paz está en el corazón de todo ser humano como una exigencia de la vida cristiana. La justicia y la fraternidad están presentes en toda la historia bíblica. Los profetas clamaban contra las injusticias.En muchos textos del Nuevo Testamento,la injusticia de los fariseos hipócritas es rechazada. San Pablo subraya que "el Espíritu es vida a causa de la justicia" (Rom. 8,10) y San Juan en su carta agrega "todo el que no obra con justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano" Al presentar el mensaje, la evangelización debe orientar y promover el proceso de transformación.
¿Cómo podemos anunciar la justicia y denunciar la injusticia en nuestra tarea comunitaria
? ¡qué tarea!
Un beso para todos. Isabel

domingo, 5 de febrero de 2012

La búsqueda




No tenemos respuesta para todo. Hay hechos y circunstancias que paralizan. El miedo paraliza, lo inesperado paraliza. La fe no es el recetario con la solución a cada problema de la vida. No es cierto tampoco que en toda ocasión podamos ver con claridad la voluntad de Dios. Entonces ¿qué es lo que el Espíritu Santo obra en nosotros?

El Espíritu que es dinamismo, actúa contra esas parálisis. No con la receta mágica capaz de disipar toda duda, sino inyectando ese dinamismo que nos pone en movimiento, en búsqueda.
Es el Espíritu Santo el que hace que allí donde no vemos a Dios, donde parece que su presencia a desaparecido, sigamos buscando.

Es la expresión del corazón que no cesa, que no abandona su objetivo, que no se entrega a la desilusión.
Buscar la presencia de Dios en medio de tantas realidades que no son de Dios es tarea ardua. Tarea en la que sólo cabe la actitud perseverante de seguir, de no dejarse abatir, de no abandonar.
De Haciendo Eco. Elaborado por la redacción Editorial San Pablo. Argentina.
Me pareció muy bueno, por eso lo quise compartir con todos ustedes.
Rosa