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sábado, 22 de septiembre de 2012

San Francisco de Asís.




El 4 de octubre es el día en que la Iglesia recuerda a su Santo más humilde; San Francisco de Asís.
Que mejor que prepararnos para ese día con la oración simple que nos lo recuerda y lo hace presente por su enseñanza de Paz y Bien.


Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es:
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.



miércoles, 5 de septiembre de 2012

"Santa Maria De Mattias"

  

  Nuestro pequeño homenaje: el 20 de agosto recordamos a esta santa y por eso como ya le hemos hecho en otras oportunidades queremos compartir con ustedes algunos aspectos de su vida.

    El mundo moderno no esta equivocado cuando da importancia a la acción, a la experiencia, a la eficacia, a la productividad: también para el Señor el árbol se juzga por los frutos. Pero no conviene exagerar, ya que el ser humano es también una criatura espiritual, con una dimensión invisible e interior. Por consiguiente, recorrer el itinerario existencial de una persona especialmente si hablamos de  María De Mattias, santa- no significa solo describir lo que ha dicho o hecho, sino también tratar de penetrar en su corazón, en su mente, en su alma para descubrir al menos en parte la riqueza y profundidad de su vida interior, el secreto y las características  dominantes de lo que llamamos espiritualidad.
    La historia del alma de María es ante todo, como para otros muchos santos, una gran historia de amor. Así se descubre en la obra maestra de literatura espiritual que es su Epistolario. El Señor la ha conquistado cuando todavía era una muchacha angustiada y desorientada, revelándole su amor y enamorandola de EL. Le ha herido el corazón "desde el momento en que conoció su gracia, escribe, y desde este amor continuo creciendo: la ha invadido, la ha dominado, ha inspirado toda su vida, todas sus elecciones. Jesús es todo para ella, y ella "no desea nada mas que darle gusto", vivir solo de  EL y "consumir la vida por su amor"
    En efecto, su vida es una historia que comienza con un descubrimiento, el amor de Cristo por cada persona , un amor que se manifiesta en la cruz donde derrama su Sangre, dona su vida por la salvación del mundo.

   Espero que lo reciban con el mismo amor con que lo he escrito.
                                                               Paz y bien

lunes, 3 de septiembre de 2012

El Espíritu Santo.



La reunión de padres de catequesis comenzó a la hora prevista. La catequista era muy joven, tal vez demasiado, se puso de pie frente a los padres  de su grupo de catecúmenos y realizando la señal de la cruz dio por comenzado el encuentro. Una religiosa, Sor Marisa,  la acompañaba en silencio.
En pocas semanas los niños iban  a recibir al Espíritu Santo, el tema era la confirmación.
La joven hablaba tan pausadamente que los padres la seguían con interés. De pronto alguien preguntó de forma intempestiva: ¿Y quién es el Espíritu Santo?
Todos los ojos se volvieron a la religiosa, que guardó silencio,  comprendieron que la forma y el modo  en que fue expresada la pregunta, era un desafío.
La catequista sin perder su modo coloquial de hablar, respondió:
—El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad, es el amor que une al Padre Dios  y al hijo Jesús y por él nos ha sido revelado, es la fuerza que hace que la Iglesia se mantenga en pie a pesar de sus muchos años y las tantas tormentas que la han azotado, es el regalo que El Señor Jesús  nos ha donado para que podamos ser buenos cristianos, es nuestro impulso, nuestro respaldo. Lo recibimos en el Bautismo, es el Espíritu de la verdad  y es quién nos da las palabras necesarias para responder por él.
Se hizo silencio, hasta que una madre se puso de pie y aplaudió. Todos la acompañaron. El señor que había intentado descolocar a la joven catequista con su pregunta, agachó la cabeza y guardó silencio. Se había dado por enterado de quién era el Espíritu Santo.