Un águila reconoce una
tormenta mucho antes de que llegue.
El águila vuela a un
sitio alto para ver llegar la tormenta. Cuando esta llega, extiende sus alas
para que el viento las empuje y la lleve por encima de la borrasca. Mientras el
vendaval hace desastre abajo, el ave vuela arriba sin que nada le haga daño.
El águila no escapa a
la tormenta, simplemente la usa para remontar mejor su vuelo, utiliza el
viento para elevarse por encima de ella y volar más alto.
Cuando las tempestades
de la vida se nos vienen encima, deberíamos imitar al águila y apoyarnos en nuestra fe en Dios para remontar
vuelo y elevarnos por encima de las tragedias y pesares. No es fácil, pero al
menos intentemos ponerlo en práctica.
Isaías 40:31 – "Pero los que esperan en el Señor tendrán
nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán”.
Amigos; voy a
tomar unas semanas de descanso. Espero que no me olviden, yo tampoco los
olvidaré. Les dejo mi cariño y que EL SAGRADO CORAZÓN los bendiga.