Trascienden las palabras,
maravilloso instante,
manifestación única,
misterio glorioso.
La vida venció a la muerte,
eres la vida,
Señor resucitado.
imagino el perfume
de aquel domingo de Pascua,
el que dejo tu cuerpo
en la tumba vacía.
Iluminaste la muerte,
elevaste la vida
con la fuerza del amor,
como lo hiciste con tus discípulos,
para alcanzar la esperanza
y con ella descubrir
una nueva alianza.