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domingo, 24 de julio de 2016

Imitando a Jesús.



Tomando por ejemplo las Bienaventuranzas de Jesús, Jorge Luis Borges, escribió estás que les presento.




Felices los que guardan en la memoria palabras de Virgilio o de Jesús, porque éstas darán luz a sus días.

Feliz el que no insiste en tener razón, porque nadie la tiene o todos la tienen.

Feliz el que perdona a los otros y el que se perdona a sí mismo.

Bienaventurados los mansos, porque no condescienden a la discordia.

Felices los amados y los amantes y los que pueden prescindir del amor.

Felices los felices.

Jorge Luis Borges.
Fragmento de un Evangelio Apócrifo.








lunes, 11 de julio de 2016

Madre de Dios.

 
María
Madre de la luz.
 El Espíritu Santo
bendijo tu vientre,
se encarnó en tu piel
y se hizo hombre
por obra de tu amor.
Pedacito de cielo
Madre de Dios,
te robaron la dicha
por cuatro monedas
vendieron a Dios.
Quedaste sola,
silenciosa,  de pie.
Mujer de senderos
 secos y talados
que recuerdan al hombre
los ecos lejanos
de Cristo, el Señor.












viernes, 1 de julio de 2016

La Paz.









 Muchas veces oímos hablar de la PAZ. Y como cristianos nos preguntamos; ¿Qué es la paz?
Buscando alguna reflexión  sobre el tema encontré este pequeño fragmento que me pareció interesante; lo comparto con ustedes.


Palabra de Dios.
5 En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa.
 6 Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros.
Lucas 10, 5-6.

Reflexión:
Lo «primero» que han de comunicar sus discípulos al entrar en una casa es :«Paz a esta ca sa».
La paz es la primera señal del Reino de Dios. Si la Iglesia no introduce paz en la conviven-cia, los cristianos estamos anulando de raíz nuestra primera tarea.                                                                                                                                                      
   Esta paz nace de la confianza total en Dios y afecta al centro mismo de la persona, por eso no depende solo de circunstancias  externas. Es una  paz  que brota  en el corazón, va invadiendo   gradualmente a  toda  la persona  y desde  ella se extiende a los demás.
La paz es  regalo de  Dios, pero también fruto de un gran trabajo. Acoger la paz de Dios, guardarla fielmente en el corazón, mantenerla en medio de los conflictos y contagiarla a los demás exige el esfuerzo  apasionante de unificar la vida desde Dios.           

Fragmento extraído de una homilía de Fray Marcos Rodríguez Robles, sacerdote de la orden dominica (Orden de los Predicadores).